miércoles, 29 de junio de 2016

CUENTO

EN PACHIN HASTA LOS BURROS SON SABIOS


Por los años 1929, el padre otuzcano inculcaba a los hijos, a saludar, a dar la vereda, a respetar a los mayores, a ser caritativos, a cultivar la equidad y todos los valores morales y cívico-patrióticos; y de una manera muy especial a respetar en todos sus términos a su profesor escolar. Si no cumplían con sus tareas escolares o con los trabajos encomendados, el padre de familia recurría al maestro quien con látigo en mano, una rama de rosa o una férula (palmeta) se encargaba de enderezar al malcriado.

Ante la carencia de lluvias en Otuzco, de Lima destacaron a unos ingenieros para estudiar los fenómenos meteorológicos, quienes escogieron la cúspide del cerro "Urpillao", ubicado en el caserío de Pachín Alto para realizar los estudios.

Más tarde cuando estaban en pleno trabajo, los truenos cuartearon el cielo y gruesas gotas de lluvia con granizo empezó a caer, quedando en segundos sumamente mojados, corriendo llegaron a la choza del ciudadano a guarecerse de la lluvia.

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