LA CAPTURA DEL SHAPINGO
La Semana
Santa en la ciudad de Otuzco, siempre se ha caracterizado por su fervorosa
religiosidad.
Fue un
Viernes Santo, antes de la guerra con Chile, día en que todo el pueblo se viste
de luto, ocacion única que conversan los cerros Urpillao y Urcurunday, se
escuchaban los azotes que se daban los penitentes por las afueras de la ciudad
de Otuzco, los santos varones cargaban la Urna cuando la gente llegaba al
barrio de San Antonio, a eso de las doce de la noche se sintió un olor a
azufre, el diablo había llegado al pueblo, por que ese día andaban sueltos los
espíritus malignos. El cura corrió dando voces de espanto,
rezando esparciendo agua bendita; ordenó, creyendo que el demonio
hizo entrada por salida a fin de que no se repita, colocar cruces en todos los
sitios de entrada. Los ciudadanos cumplieron rápidamente, colocando
una cruz en Cruz Blanca, otra en Huanangarape, otra en Cruz Mondoc y otra en
Cruz de las Almitas (Ermita), bloquearon Norte, Sur, Este y
Oeste de la ciudad. Pero en el apuro Lucifer le hizo la jugada y no tuvo
tiempo de regresar al infierno, quedando encarcelado en el pueblo, haciendo de
las suyas, enseñoriando a los forasteros, poniendo altaneros a los otuscanos,
haciéndolo pelear entre ellos, permitió la matanza entre paisanos el 2 de marzo
de 1919. Aún más muchos dicen que hasta llegó a ser alcaide de la cárcel de
Otuzco.
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